Con la llegada del invierno, nuestra salud se resiente y exige determinados cuidados, especialmente a partir de la tercera edad. Reforzar los hábitos de cuidado de la salud con los siguientes consejos, ayudará a prevenir muchas enfermedades en los mayores.
Cuidado de la salud para las personas mayores en invierno
El frío y la falta de horas de luz pueden perjudicar la salud y derivar en ligeros trastornos mentales como el trastorno afectivo estacional. Pero asimismo, el invierno favorece la aparición de algunas afecciones o enfermedades que repercuten negativamente en el organismo. Con mayor incidencia si se tiene más de 65 años. Por eso resulta fundamental mantener hábitos de cuidado de la salud ——física, mental y social— excepcionales durante el invierno.
Y es que el frío excesivo no es el único factor de riesgo que más lacera nuestra salud en invierno. También lo son la fatiga o la abulia que deriva de las escasas horas de luz diurna; la menor actividad física y actividades al aire libre que hacemos, a consecuencia de tanta oscuridad; o el comer de más para compensar el gasto calórico cuando el organismo necesita entrar en calor.
Con todo, el mayor problema que conllevan los meses invernales refieren a la salud física y las numerosas dolencias que aparecen en este periodo. Principalmente: el virus de la gripe, resfriados, catarros e inflamaciones de las vías respiratorias. Enfermedades cardiovasculares motivadas por las complicaciones circulatorias, desequilibrio de la piel, sequedad de los ojos y caída de cuero cabelludo, entre otras.
Si en personas jóvenes estas enfermedades o síntomas son fastidiosos, en las personas mayores pueden tener consecuencias más graves. Además, las dolencias crónicas como enfermedades cardíacas, respiratorias y osteoarticulares se intensifican.
La razón principal es que las bajas temperaturas debilitan los sistemas de defensas fisiológicos. Sin embargo, manteniendo un estilo de vida saludable, ciertos hábitos de higiene y algunas precauciones, los mayores podrán salvaguardarse de los efectos del frío.
A continuación os compartimos cuáles nos parecen los hábitos de cuidado de la salud más importantes en esta estación para nuestros mayores.
Hábitos de cuidado de la salud imprescindibles en invierno
Vacunarse contra la gripe, sobre todo si se padecen enfermedades crónicas. Así, además de evitar esta enfermedad, se evita complicaciones mayores como neumonías y descompensación de algunas dolencias crónicas.
Evitar los cambios bruscos de temperatura corporal. La manera más fácil de lograrlo es abrigándose bien, especialmente los pies y la garganta. Otra recomendación es que la temperatura ambiente de la vivienda no supere los 22º C.
Mantener hábitos de higiene rigurosos. Lavarse las manos y no tocarse los ojos, boca y nariz es una forma de evitar contagiarse de resfriados o gripe. También hay que taparse la boca y la nariz con el codo al toser o estornudar, a fin de no propagar contagios. Asimismo, ventilar los espacios cerrados es un hábito indispensable.
Mantener una dieta equilibrada y una buena hidratación para que los mayores se sientan saludables físicamente. Beber suficiente agua —más aún si se está acatarrado— y comer de forma equilibrada productos de temporada que refuercen las defensas y el buen funcionamiento del organismo. En este sentido, las sopas de verdura resultan una fuente de vitaminas y minerales excelentes.
Tomar suplementos vitamínicos o alimentos ricos en vitamina C y D. En invierno, los niveles de vitamina D disminuyen considerablemente, debido a una menor exposición solar. Esta concentración insuficiente de vitamina D provoca una mayor propensión a los resfriados y gripe. Por otro lado, incrementar el consumo moderado de vitamina C ayudará a reforzar las defensas, las mucosas respiratorias y reducir la presión arterial.
Cuidar de la piel: Por dos motivos: el primero es que, a pesar de las bajas temperaturas, los rayos solares pueden quemar la piel, así que se recomienda usar protector solar. Y segundo porque debemos proteger nuestra piel con cremas reparadoras para evitar sequedad, grietas y descamaciones.
Realizar ejercicio físico moderado y paseos al aire libre. Porque siempre es saludable para los mayores el ejercicio físico diario, ¡y es una manera natural de combatir el frío corporal!
Rutinas sencillas que cuidan de la salud de nuestros mayores.
Por último, pero no menos importante, os hacemos una última recomendación. Acudir a revisiones médicas y buscar la ayuda de profesionales de la salud ante cualquier duda o malestar que se prolongue más de lo debido. Sea un resfriado, un catarro, una faringitis o un estado de astenia prolongado.
En cuestiones de salud en edades avanzadas, atender cualquier afección o malestar es vital. Pues un problema de salud puede cronificarse y generar algún tipo de limitación o dependencia. Además del impacto negativo que puede tener sobre la salud mental y la calidad de vida social de la persona mayor. ¡Así que dejemos de excusarnos o culpar al invierno y atendamos nuestra salud!
Esperamos que este compendio de hábitos de cuidado de la salud especialmente indicados para el invierno, os hayan resultado de utilidad. Sin duda, son los que aconsejamos seguir a nuestros residentes.
Aunque, cierto es que en la Residencia Olimpia las personas mayores no sufren los rigores del invierno. ¡Y es que tienen tantas opciones para entretenerse, relajarse y cuidar de su salud física, mental y social, que gozan cada minuto de la vida!