El envejecimiento de la población es una de las razones, pero también hay muchos casos en personas menores de 65 años, lo que los médicos creen que se debe principalmente a la mejora de las herramientas de diagnóstico.
El número de personas con demencia en todo el mundo se habrá casi triplicado en el 2050 en relación con el 2019. Este es el cálculo que ha hecho un amplio equipo de investigadores y que se ha publicado este enero en la revista The Lancet Public Health.
Según el estudio, de los 57,4 millones de casos estimados que existían en 2019 se pasaría a 152,8 millones (de 130,8 a 175,9 según el margen de error) en 2050. Las principales causas, pero no las únicas, serían el aumento de la población y el envejecimiento.
Hay que tener en cuenta que, según un estudio publicado en 2018, el número de personas con Alzheimer y otras demencias se habría más que doblado entre 1990 y 2016, pasando de 20,2 millones de casos a 43,8 millones.
Por tanto, combinando los dos cálculos, la previsión para 2050 es que el número de personas con demencia diagnosticada se habrá multiplicado por más de 7,5 respecto a 1990.
El aumento, según el estudio, será menor en la región Asia Pacífico y en Europa Occidental, alcanzando los porcentajes más elevados en el norte de África, Oriente Medio y África subsahariana.
Los autores no han considerado casos por debajo de los 40 años, porque dicen que se trata de enfermedades neurodegenerativas muy raras antes de esa edad. Pero según otro estudio, encabezado por Stevie Hendriks, de la Universidad de Maastricht, en los Países Bajos, y publicado en julio en JAMA Neurology, el número de personas menores de 65 años con demencia es superior al que se pensaba hasta ahora, y también hay casos por debajo de los 40 años.
Según este segundo trabajo, en el mundo hay al menos 3,9 millones de personas entre 30 y 64 años con demencia. Esto significa que por cada 100.000 personas en esa franja de edad, a 119 ya les han diagnosticado demencia.
¿Hay un aumento de casos o de diagnósticos?
Esta alta incidencia hace que nos preguntemos si ha aumentado el número de casos, especialmente los menores de 65 años, o si ahora se están diagnosticando más. Los neurólogos e investigadores consultados por 324.cat son partidarios de este segundo motivo, pero también llaman la atención sobre la gravedad del problema a afrontar, además de las medidas preventivas.
De hecho, el trabajo holandés fue un metaestudio en el que se analizaron y revisaron 95 estudios publicados entre 1990 y 2020, cubriendo un total de 2.760.379 participantes. La mayoría se realizaron en grupos de edad en Europa o Asia, América del Norte y Oceanía.
Los resultados mostraron que, como era de esperar, la menor incidencia se presentó en el grupo de edad de 30-34 años, con 1,1 casos por cada 100.000 habitantes, y la mayor incidencia se presentó en el grupo de edad de 60-64 años, con 77,4 casos por cada 100.000 habitantes. La prevalencia -el número de casos en un momento dado- fue mayor en mujeres que en hombres (293,1 frente a 216,5 por 100.000).
Es más baja en Estados Unidos que en Europa y también es menor en los países con mayores ingresos (663,9 por 100.000 habitantes de esta franja de edad) que en los de media-baja (764,2 por 100.000). La más elevada corresponde a los países de renta media-alta (1.873,6 por 100.000 personas).
Aunque la cifra calculada es muy importante, los autores simulan que probablemente es muy superior. De entrada, porque suelen pasar 4,4 años, de media entre que comienzan los síntomas y se produce el diagnóstico. Y también porque hay muchos países muy poco representados en los estudios, como los africanos de renta baja, y porque cerca de la mitad de los trabajos analizados solo contienen datos de la franja entre 60 y 64 años.
Referencias | CCMA.CAT