El envejecimiento es un proceso tan natural como cualquier otro en la vida; sin embargo, a menudo las necesidades y los cuidados requeridos en la tercera edad son pasados por alto o infravalorados en una sociedad en la que, en muchos aspectos, las experiencias de los mayores quedan invisibilizadas.
Esta etapa del desarrollo presenta una serie de cambios no solo físicos, sino también cognitivos y emocionales, los cuales hay que conocer y tener en cuenta para facilitar que quienes están pasando por esta etapa pueden aprovechar todo el potencial que les ofrece la vida y están bien integrados en la sociedad. Si asumimos que no hay diferencia entre los aspectos psicológicos habituales en la gente de la tercera edad y las experiencias de los jóvenes o los adultos de la mediana edad, estamos ignorando muchos problemas ante los que son especialmente vulnerables los mayores.
Es en este ámbito donde interviene la Psicología del envejecimiento, una disciplina en pleno auge que cada vez se aplica a más contextos, y que actualmente tiene su centro de actividad en los centros socioculturales y de salud especialmente dirigidos a la gente mayor.
¿Qué es la Psicología del envejecimiento?
La Psicología del envejecimiento es la rama de la psicología encargada de abordar y prevenir todo tipo de alteraciones psicológicas o trastornos mentales en las personas mayores, siempre aplicando terapias y estrategias de dinamización basadas en la evidencia científica.
La intervención de los psicólogos de la vejez incluye tanto el diagnóstico como la intervención de todo tipo de problemas, así como la prevención de cualquier problema futuro y la promoción de hábitos de vida saludables adaptados a quienes están pasando por la vejez.
Se trata de una de las disciplinas psicológicas con mayor potencial de crecimiento en la actualidad, tanto por la progresiva diversificación de la psicología aplicada como por el progresivo envejecimiento de las sociedades occidentales modernas.
¿Cuáles son las principales funciones de la Psicología del envejecimiento?
Son muchas las funciones de las que se encargan los profesionales de la Psicología del envejecimiento, y algunas de las más importantes son las siguientes.
- Intervención en problemas de salud mental
Una de las principales funciones que desempeñan los profesionales de la Psicología del envejecimiento es el diagnóstico y la intervención en todo tipo de alteraciones psicológicas que puedan presentar las personas mayores, tanto a nivel emocional como cognitivo e intelectual.
Como en cualquier otro ámbito de la disciplina psicológica, las intervenciones propias de la Psicología del envejecimiento tienen en cuenta las particularidades y las necesidades propias de las edades más avanzadas en todo momento y cada una de las estrategias terapéuticas aplicadas se adaptan perfectamente a cada persona.
Algunas de las alteraciones de la salud mental más habituales en la tercera edad son las demencias, las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la ansiedad, la depresión, la baja autoestima y la soledad no deseada.
- Apoyo a familiares
El apoyo y asesoramiento a las familias de personas mayores que puedan presentar cualquier tipo de necesidad o alteración es esencial si queremos mejorar la calidad de vida de la persona afectada y lograr que adquiera un mayor bienestar en su vida.
Como se ha demostrado tanto en los ámbitos de la investigación psicológica como médica, dotar a familiares cercanos de herramientas y estrategias útiles para ayudar a las personas mayores en caso de que lo necesiten es esencial para aumentar su calidad de vida y esa es una de las funciones de los psicólogos del envejecimiento.
Además de eso, otras de las funciones que puede ejercer un especialista en Psicología del envejecimiento es la de dar indicaciones específicas sobre rutinas que pueden ejercer una influencia positiva en la persona mayor y también sobre hábitos psicológicamente saludables.
- Intervención en funciones cognitivas
La tercera edad es una etapa en la que las funciones cognitivas empiezan a verse deterioradas por el natural paso del tiempo, un hecho que afecta de manera notable a la salud emocional de la persona y ejerce un efecto muy negativo sobre su calidad de vida.
La psicología del envejecimiento también se encarga de intervenir en el deterioro de funciones cognitivas, ya sea para su prevención o bien con el objetivo de ralentizar dicho desgaste cognitivo, ya sea de carácter natural o patológico.
Para lograrlo, se utilizan estrategias como por ejemplo enseñar ejercicios vinculados al entrenamiento cognitivo, promover actividades diarias que pueden ser útiles para prevenir el desgaste cognitivo y trabajar conjuntamente con profesionales de otras disciplinas para facilitar el seguimiento de tratamientos farmacológicos en caso de que sea necesario.
- Promoción en la salud mental
Las tareas de promoción de la salud mental en la vejez son una tarea esencial en los profesionales de la psicología del envejecimiento, ya que proporcionan una gran ayuda tanto para las personas mayores que la reciben como para sus familias.
Son muchas las modalidades en las que estos profesionales ofrecen un servicio de promoción de la salud mental para personas mayores, entre las más habituales podemos destacar la impartición de charlas en centros de día y residencias, los cursos y talleres destinados a aprender estrategias de todo tipo para el día a día y las tareas divulgativas impartidas por profesionales de la psicología que enseñan a los mayores conocimientos prácticos de todo tipo que pueden serles de gran utilidad.
- Apoyo emocional
Además de brindar un servicio de intervención y tratamiento de alteraciones psicológicas clásicas que puedan aparecer en la tercera edad, la psicología del envejecimiento también tiene como objetivo brindar apoyo emocional a cualquier persona que lo solicite.
Aunque sea una temática poco explorada y relativamente desconocida, durante la vejez es frecuente que se produzcan cambios emocionales de raíz psicosocial en las personas mayores que pueden afectar de manera muy significativa a su salud mental y a su bienestar global, como por ejemplo la soledad no deseada, el sentimiento de culpa por creerse “una carga” para la familia, etc. Son precisamente estos cambios los que aborda un psicólogo del envejecimiento.
Algunos ejemplos de alteraciones emocionales propias de la vejez pueden ser la ansiedad, la depresión, la baja autoestima, la apatía o las ideaciones suicidas.