La actividad física en las personas mayores es algo tan primordial como una correcta y balanceada alimentación. Y es que las actividades físicas en ancianos tienen un buen número de ventajas a tomar en cuenta.
No por nada ayudan a reducir problemas relacionados con las articulaciones y demás partes móviles del cuerpo, así como también las complicaciones mentales y emocionales.
Además de eso, está comprobado que la actividad física tiene la capacidad de retrasar el envejecimiento del cerebro. Para ser más específicos, puede prevenir enfermedades neurodegenerativas de la tercera edad, como el Alzhéimer, o trastornos mentales, como la demencia senil.
No hay más que decir, la actividad física en ancianos es algo fundamental y necesario.
Siempre será primordial mantenernos en movimiento (tanto físico como mental) al llegar a este trayecto de la vida. Porque nada es más importante que la salud, y por eso debemos mantener a nuestro cuerpo y a nuestra mente en equilibrada actividad.