La artrosis, la enfermedad articular más común (y a veces confundida con la artritis), afecta principalmente a personas mayores, aunque no son las únicas afectadas. Más del 85 % de las personas mayores de 70 años sufren de artrosis.
Esta enfermedad incapacitante, perteneciente a la familia de las enfermedades reumáticas, se origina por el desgaste prematuro del cartílago en las articulaciones, y puede tener consecuencias graves en la autonomía de las personas mayores.
Causas principales de la artrosis
La artrosis es una enfermedad degenerativa que debilita las articulaciones como las caderas, las rodillas, la columna vertebral y los dedos, y que puede resultar en la pérdida de autonomía en las actividades diarias. No todas las personas mayores sufren de artrosis, ya que no es una enfermedad exclusivamente relacionada con el envejecimiento.
Sin embargo, la artrosis de rodilla, por ejemplo, es muy común en los adultos mayores. El desgaste del cartílago articular está relacionado con la repetida carga mecánica a lo largo del tiempo, así como con cambios en las células de la articulación que gradualmente destruyen el cartílago.
La edad es un factor que favorece la artrosis, al igual que otros factores, como ser mujer o tener sobrepeso. Un golpe fuerte o una lesión mal tratada en el pasado también pueden ser la causa de la artrosis. La herencia genética también es un factor de riesgo.
Diferencia entre artrosis y artritis
Esta enfermedad a veces se puede confundir con la artritis, aunque tienen dos grandes diferencias: la zona de afectación y el origen. Las dos patologías pueden afectar a las articulaciones, pero únicamente la artritis puede llegar a los órganos.
En cuanto a la causa, esta última es provocada por inflamación y la artrosis por el desgaste; por lo tanto, sus tratamientos también son distintos. Así pues, al ser dos patologías diferentes, se puede tener artrosis y artritis a la vez.
Síntomas de la artrosis
La artrosis se manifiesta y progresa de manera variable en cada individuo. Provoca dolor durante los movimientos que involucran las articulaciones afectadas, así como rigidez en las partes del cuerpo involucradas.
También dificulta la marcha y puede causar caídas. Esta enfermedad evoluciona en brotes que inflaman las articulaciones, con períodos de dolor agudo y en algunos casos, brotes inflamatorios.
La artrosis provoca gradualmente la deformación de las articulaciones en forma de crecimientos óseos que son irreversibles.
Tratamientos para la Artrosis
No existe una terapia para curar la artrosis. Los tratamientos propuestos ayudan a aliviar el dolor que causa y a frenar su desarrollo. Se recetan analgésicos e incluso antiinflamatorios para aliviar el dolor asociado a la artrosis. Para las personas más afectadas, se practican inyecciones de corticoides.
En el caso de la artrosis, y sobre todo en personas mayores, se recomienda un buen estilo de vida (com evitar el sedentarismo) que, de hecho, es la mejor manera de manejar esta enfermedad.
Evitar el sobrepeso, practicar actividad física regular de intensidad moderada fuera de los períodos de dolor intenso de la enfermedad, evitar levantar cargas pesadas, usar plantillas ortopédicas en caso de artrosis de rodilla, ayudan a limitar los efectos perjudiciales de la enfermedad.
Algunos medicamentos en forma de parches o geles aplicados en la articulación afectada por la artrosis contribuyen a aliviar el dolor. Las sesiones de fisioterapia con un fisioterapeuta también pueden ser útiles en personas con artrosis para recuperar la flexibilidad de las articulaciones y fortalecer los músculos.
Los tratamientos quirúrgicos o la colocación de prótesis articulares, como en el caso de la artrosis de cadera, también son propuestos por los reumatólogos como una solución final para evitar una discapacidad real.
Impacto de la artrosis en la vida de los ancianos
La artrosis, una afección degenerativa que afecta las articulaciones, tiene un impacto profundo en la vida de las personas ancianas. A medida que envejecemos, nuestras articulaciones experimentan un desgaste natural, y la artrosis puede intensificar este proceso, limitando la funcionalidad y alterando la calidad de vida de los ancianos. Aquí examinaremos cómo la artrosis impacta la vida de esta población vulnerable.
Dolor constante y limitación de actividades
La característica más debilitante de la artrosis para los ancianos es el dolor constante en las articulaciones afectadas. El simple acto de moverse, caminar o incluso levantarse puede convertirse en una experiencia dolorosa y frustrante.
Las actividades que antes eran parte de la rutina diaria, como subir escaleras o salir a pasear, se vuelven desafiantes. El dolor puede no solo causar malestar físico, sino también emocional, ya que limita la participación en actividades que solían brindar placer.
Restricciones en la movilidad y autonomía
La artrosis puede llevar a una disminución gradual de la movilidad y la autonomía en los ancianos. La rigidez articular y la limitación en el rango de movimiento hacen que realizar incluso las tareas más básicas sea un desafío.
La independencia que tanto valoran, puede desvanecerse a medida que la artrosis reduce su capacidad para cuidar de sí mismos. Esta pérdida de autonomía puede resultar en la necesidad de ayuda externa, lo que puede impactar la autoestima y la sensación de valía personal.
Impacto emocional y psicológico
La artrosis no solo afecta el cuerpo, sino también la mente. Los ancianos que luchan con el dolor crónico y la pérdida de independencia pueden experimentar una serie de emociones negativas, como ansiedad, frustración y depresión.
La sensación de estar atrapado en un cuerpo que no responde puede llevar a la pérdida de interés en las actividades diarias y aislamiento social. Esta carga emocional puede ser igualmente debilitante que el dolor físico y requerir atención y apoyo adecuados.
Cambios en el estilo de vida
La artrosis a menudo requiere que los ancianos realicen cambios en su estilo de vida para manejar la condición. Las actividades físicas que solían disfrutar pueden verse limitadas o suspendidas debido al dolor y la rigidez.
La necesidad de utilizar dispositivos de asistencia, como bastones o andadores, puede sentirse como una pérdida de independencia. Los cambios en la rutina y las actividades sociales pueden causar sentimientos de aislamiento y nostalgia por una vida más activa.
Estrategias de manejo y apoyo
A pesar de los desafíos que presenta la artrosis, existen estrategias y enfoques que pueden ayudar a mitigar su impacto:
- Tratamiento médico: consultar a profesionales de la salud para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado, que puede incluir medicamentos para el dolor y la inflamación.
- Fisioterapia y ejercicio: los programas de fisioterapia y ejercicios específicos pueden ayudar a mantener la movilidad, fortalecer los músculos y mejorar la calidad de vida.
- Apoyo emocional: la conexión con amigos, familiares o grupos de apoyo puede brindar un espacio para compartir experiencias y lidiar con las emociones asociadas con la artrosis.
- Adaptaciones en el hogar: hacer ajustes en el entorno doméstico, como barras de apoyo y sillas con altura adecuada, puede mejorar la seguridad y la comodidad.
- Enfoque en la salud mental: reconocer y abordar los efectos emocionales de la artrosis es esencial. Buscar ayuda de profesionales de la salud mental puede ser beneficioso.