El dolor en la zona del hígado, ubicado en la parte superior derecha del abdomen, puede ser una señal de alerta, especialmente en personas mayores. Aunque no siempre indica una enfermedad grave, es importante prestar atención, ya que el hígado cumple funciones vitales y su deterioro puede afectar seriamente la salud general.
¿Cómo identificar el dolor hepático?
El dolor relacionado con el hígado suele sentirse como una molestia o presión en el costado derecho del abdomen, justo debajo de las costillas. Puede ser:
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Persistente o intermitente
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De intensidad leve a moderada
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Acompañado de otros síntomas como:
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Cansancio excesivo
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Pérdida de apetito
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Náuseas
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Ictericia (color amarillo en piel u ojos)
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Hinchazón abdominal
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Es fundamental no confundirlo con molestias musculares o digestivas, que también pueden presentarse en la misma zona.
Principales causas en personas mayores
En la tercera edad, el dolor hepático puede deberse a diversas causas, entre ellas:
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Hígado graso (esteatosis hepática), muy común en personas con sobrepeso o diabetes.
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Hepatitis (viral, medicamentosa o autoinmune).
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Cirrosis hepática, especialmente si hubo consumo prolongado de alcohol.
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Cálculos biliares, que afectan a la vesícula pero pueden generar dolor similar.
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Tumores hepáticos o metástasis, en casos más graves.
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Efectos secundarios de medicamentos, ya que muchos se procesan en el hígado.
¿Qué hacer ante el dolor hepático?
1. Consultar al médico lo antes posible
Ante cualquier sospecha de dolor hepático, es imprescindible acudir a un profesional para una evaluación. El diagnóstico puede requerir:
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Análisis de sangre (enzimas hepáticas, bilirrubina, etc.)
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Ecografía abdominal
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Pruebas específicas según el historial clínico
2. Evitar la automedicación
Algunos medicamentos, como el paracetamol, pueden agravar un problema hepático si se usan sin control. Es preferible no tomar nada sin indicación médica.
3. Cuidar la alimentación
Una dieta baja en grasas, rica en frutas, verduras y con un buen control del azúcar puede aliviar la carga hepática. Evitar el alcohol es clave.
4. Controlar otras enfermedades crónicas
Enfermedades como la diabetes, la hipertensión o el colesterol alto deben estar bien gestionadas, ya que pueden impactar directamente en la salud del hígado.
5. Hacer seguimiento médico regular
Especialmente si ya existe un diagnóstico de hígado graso, hepatitis o cirrosis. El seguimiento permite detectar complicaciones a tiempo.
Conclusión
El dolor en la zona del hígado nunca debe ser ignorado, especialmente en personas mayores. Aunque puede tener causas benignas, también puede ser la señal de una condición más seria. La atención médica temprana, una alimentación adecuada y una revisión constante de la medicación son fundamentales para cuidar la salud hepática en la vejez.