Existen dos tipos de sueño: el REM y el non-REM. El primero es la fase de sueño durante la que solemos soñar, mientras que el segundo es cuando se alcanza un sueño más profundo. A medida que se va envejeciendo, se pasa menos tiempo en la etapa non-REM, motivo por el cual los adultos mayores suelen tener un sueño más ligero.
Los adultos mayores necesitan dormir aproximadamente de 7 a 9 horas diarias. Sin embargo, hay varios factores que pueden alterar la calidad del sueño. Por ejemplo, si hacen siestas durante el día, por la noche puede ser más difícil que concilien el sueño. Pueden tener alguna dolencia o enfermedad, e incluso ciertos medicamentos los pueden mantener despiertos.
Importancia del sueño
El sueño es fundamental para gozar de una buena salud y calidad de vida.
Y no nos referimos solo a la cantidad de horas, sino también a la calidad del sueño que debe ser reparador.
Tener buenos hábitos de sueño evitan que el adulto mayor se sienta irritable, tenga problemas de memoria, somnolencia diurna, depresión, fatiga crónica, entre otros.
Problemas de sueño en adultos mayores
Insomnio
Es el problema más común, puede durar días, meses y hasta años y tiene diversas causas. Entre ellas están excesivo entusiasmo o preocupación, estrés, efecto secundario de algún medicamento o presencia de alguna enfermedad.
Apnea del sueño
Consiste en pausas cortas en la respiración mientras se duerme, además de fuertes ronquidos. Debe ser tratada por un profesional para que no se derive en otros problemas como presión arterial alta, accidente cerebrovascular o pérdida de memoria.
Trastornos de movimiento
Los más frecuentes en adultos mayores son el síndrome de las piernas inquietas, el trastorno de movimiento periódico de las extremidades y el trastorno de la conducta del sueño de movimiento ocular rápido. Todos estos eventos pueden causar cansancio o somnolencia al día siguiente, o peor aún, pueden interrumpir el sueño.
Consejos para dormir bien
- Establecer un horario y rutina para el sueño. Se debe tratar de dormir y levantarse siempre a la misma hora. Además, se recomienda evitar las siestas al final de la tarde o cuando esté cerca de anochecer y se debe procurar que estas no duren más de 20-30 minutos.
- Tomarse unos minutos antes de acostarse para relajarse. Por ejemplo, se puede ver un poco de televisión, leer un libro, escuchar música suave o darse un baño.
- Se debe mantener el dormitorio oscuro, silencioso y a una temperatura agradable. Desconectar el televisor, los dispositivos móviles y los relojes. Sin embargo, es recomendable tener cerca una buena lámpara de noche que se pueda encender fácilmente por si necesita levantarse.
- Es muy importante tener un colchón y almohada cómodos y ergonómicos. Se deben evitar las alfombras sueltas para no tener tropiezos. Por otra parte, en caso de dormir con una almohada eléctrica, no se olvide de apagarla antes de dormirse.
- Mantener una rutina de actividad física al menos 30 minutos diarios, pero evitar el ejercicio 3 horas antes de acostarse a dormir.
- Evitar comidas pesadas y en grandes cantidades, así como el consumo de cafeína, al menos dos horas antes de dormir. Además, se debe reducir el consumo de bebidas durante la noche para evitar despertarse para ir al baño. Sin embargo, se puede tener un vaso de agua cerca de la cama por si se despierta con sed y beber unos pocos bocados.
Como hemos visto, es de vital importancia el sueño en los adultos mayores.