La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a un gran número de personas mayores. Con el envejecimiento, el cuerpo pierde eficacia en la regulación del azúcar en sangre, y esto puede provocar complicaciones si no se controla adecuadamente. Entender cómo impacta la diabetes en la tercera edad y cuáles son los tratamientos más adecuados es clave para mantener una buena calidad de vida.
¿Por qué es frecuente la diabetes en personas mayores?
A medida que envejecemos, el metabolismo cambia:
-
Disminuye la sensibilidad a la insulina.
-
Se reduce la masa muscular, lo que afecta la forma en que el cuerpo utiliza la glucosa.
-
Aparecen o se agravan otras enfermedades que pueden influir en el control del azúcar.
-
A veces, hay una menor percepción de los síntomas, lo que dificulta el diagnóstico temprano.
En muchos casos, la diabetes tipo 2 es la más común en personas mayores.
Síntomas y señales a tener en cuenta
Algunos síntomas pueden pasar desapercibidos o confundirse con el envejecimiento normal, pero es importante estar alerta a:
-
Aumento de la sed y la necesidad de orinar con frecuencia.
-
Fatiga persistente.
-
Visión borrosa.
-
Heridas que tardan en cicatrizar.
-
Pérdida de peso sin explicación.
-
Infecciones frecuentes.
-
Cambios en el estado de ánimo o confusión.
Complicaciones más frecuentes en la tercera edad
Una diabetes mal controlada puede causar:
-
Problemas cardiovasculares (infartos, hipertensión).
-
Daño renal.
-
Neuropatía diabética, que provoca dolor, hormigueo o pérdida de sensibilidad en pies y manos.
-
Retinopatía, que afecta la vista.
-
Mayor riesgo de caídas por visión reducida o debilidad.
-
Hipoglucemias (bajadas bruscas de azúcar), especialmente peligrosas en personas mayores que viven solas o toman múltiples medicamentos.
Tratamientos y estrategias de control
El tratamiento de la diabetes en personas mayores debe ser individualizado y tener en cuenta su estado general, nivel de autonomía y presencia de otras enfermedades.
1. Alimentación equilibrada
-
Controlar la ingesta de azúcares y carbohidratos simples.
-
Priorizar frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras.
-
Evitar comidas copiosas y optar por raciones pequeñas y frecuentes.
2. Actividad física adaptada
El ejercicio regular, como caminar, mejora la sensibilidad a la insulina, ayuda a controlar el peso y mejora el estado de ánimo. Debe adaptarse a las capacidades físicas de cada persona.
3. Medicación
-
Puede incluir pastillas antidiabéticas o insulina, según el caso.
-
Es fundamental seguir las indicaciones del médico y revisar regularmente los niveles de glucosa.
-
Cuidado con los medicamentos que pueden provocar hipoglucemias.
4. Control médico regular
-
Análisis de sangre periódicos para ajustar el tratamiento.
-
Revisión de la vista, los pies y la función renal.
-
Evaluar el estado cognitivo y emocional del paciente, que puede influir en el autocuidado.
Importancia del acompañamiento familiar o profesional
Muchas personas mayores necesitan ayuda para recordar la medicación, preparar comidas adecuadas o controlar sus niveles de glucosa. Un entorno que ofrezca apoyo emocional y seguimiento diario es clave para el éxito del tratamiento.
Conclusión
La diabetes en personas mayores requiere un enfoque integral, que combine buenos hábitos, seguimiento médico y comprensión de sus necesidades específicas. Con un tratamiento adecuado y atención constante, es posible vivir con diabetes manteniendo una vida activa, saludable y plena.