Qué es la polifarmacia y cómo afecta a las personas mayores

A medida que envejecemos, es común que aparezcan varios problemas de salud crónicos que requieren tratamiento. Esto lleva a que muchas personas mayores tomen múltiples medicamentos al mismo tiempo, una situación conocida como polifarmacia. Aunque puede ser necesaria, la polifarmacia también conlleva riesgos importantes si no se gestiona adecuadamente.

¿Qué se considera polifarmacia?

Se habla de polifarmacia cuando una persona toma cinco o más medicamentos diarios, sean con receta o sin ella. Esta situación puede incluir fármacos para:

  • Hipertensión

  • Diabetes

  • Colesterol

  • Dolor crónico

  • Trastornos del sueño

  • Ansiedad o depresión

  • Suplementos y vitaminas

¿Por qué es un problema frecuente en personas mayores?

Las personas mayores son más propensas a sufrir varias enfermedades a la vez (comorbilidad), lo que lleva a tratamientos complejos. Sin embargo, su cuerpo también procesa los medicamentos de forma diferente:

  • El metabolismo es más lento.

  • La función renal y hepática puede estar reducida.

  • Hay mayor sensibilidad a ciertos principios activos.

Esto aumenta el riesgo de efectos secundarios, interacciones entre medicamentos y errores de medicación.

Principales riesgos de la polifarmacia

  • Reacciones adversas: náuseas, mareos, caídas, confusión o incluso hospitalizaciones.

  • Interacciones medicamentosas: algunos fármacos pueden anular o potenciar los efectos de otros.

  • Dificultad para seguir el tratamiento: cuanto más complejo es un tratamiento, más fácil es cometer errores.

  • Pérdida de eficacia: tomar medicamentos innecesarios puede interferir con los que sí son importantes.

  • Síntomas confundidos con enfermedades: a veces se tratan efectos secundarios creyendo que son nuevas dolencias, aumentando aún más la medicación.

Cómo prevenir o reducir la polifarmacia

Es posible mantener un tratamiento eficaz sin caer en la polifarmacia. Aquí van algunas recomendaciones:

1. Revisión periódica del tratamiento

El médico debe revisar al menos una vez al año todos los medicamentos que toma la persona, valorando cuáles siguen siendo necesarios.

2. Evitar la automedicación

Es común que se añadan suplementos, analgésicos u otros fármacos sin consultar con el médico. Esto puede ser peligroso.

3. Unificar tratamientos con un solo profesional de referencia

Contar con un médico de cabecera que coordine las distintas especialidades ayuda a evitar duplicidades o conflictos en la medicación.

4. Utilizar pastilleros o recordatorios

Organizar los medicamentos por días y horas facilita el seguimiento y evita olvidos o tomas dobles.

5. Comunicación clara con el paciente y la familia

Informar sobre para qué sirve cada medicamento y qué efectos pueden esperarse reduce la ansiedad y mejora la adherencia al tratamiento.

Conclusión

La polifarmacia es un desafío común en la atención a personas mayores, pero no debe asumirse como inevitable. Con una gestión cuidadosa y personalizada, es posible reducir riesgos y asegurar que el tratamiento sea verdaderamente útil y seguro. Cuidar la medicación también es cuidar la calidad de vida.