La soledad impuesta es un fenómeno cada vez más común en el mundo occidental, cuyas causas son muy diversas.
La tercera edad es un período de descanso y felicidad para muchas personas, en el que, tras varias décadas de arduo trabajo, se nos permite retirarnos del mundo laboral para vivir en plenitud el resto de nuestra vida.
No obstante, para muchas personas esta etapa de la vida es el comienzo de un período de soledad impuesta, un fenómeno cada vez más común en las sociedades de todo el mundo, que puede ser tratado por profesionales.
La soledad impuesta es un tipo de soledad involuntaria que sufren muchos ancianos y que está caracterizada por un sentimiento de aislamiento social, así como de pérdida en las relaciones sociales del día a día.
¿Qué fenómenos psicólogos intervienen en la soledad impuesta en las personas mayores?
Son muchos los fenómenos que intervienen en la soledad impuesta que experimentan algunas personas mayores y que influyen decisivamente a nivel emocional y psicológico. A continuación te presentamos un listado con los más importantes.
1. Nostalgia por el pasado
La nostalgia es uno de los sentimientos más habituales en las personas durante el proceso de la tercera edad y suele convertirse a largo plazo en uno de los principales factores de soledad en el individuo.
Los recuerdos de un pasado mejor, real o idealizado, suelen inundar constantemente los pensamientos de las personas mayores y normalmente influyen negativamente en diversos marcadores de la personalidad, entre los que se encuentran la autoestima, la extroversión, la sociabilidad y la visión positiva de la vida en general.
Aunque no siempre sea así, muchas personas mayores entran en un estado de soledad real o percibida a base de añorar de manera recurrente un pasado de felicidad y plenitud que ya no existe y que jamás volverá.
2. Pérdida de vínculos sociales afectivos
La pérdida de la pareja, así como de familiares y amigos durante el período de la tercera edad es una de las principales causas que incrementan el riesgo de soledad real o percibida en las personas mayores.
La soledad percibida a menudo es independiente de la cantidad de contactos sociales que se puedan seguir manteniendo en el momento actual, así como del número de personas con las que se interactúa en la vida cotidiana.
Es decir, que una persona mayor que se encuentra en una residencia con todo tipo de cuidados y de profesionales especializados en su salud, así como con otros residentes, podrá seguir sintiéndose sola o aislada socialmente.
3. Procesos de duelo que no han sido superados
De igual manera, los procesos de duelo por la muerte de sus seres queridos, que no han podido superarse aún, también contribuyen a que la persona mayor se sienta sola y apartada de la sociedad.
La pérdida de un ser querido constituye un proceso muy doloroso que puede ser afrontado de maneras diversas dependiendo de la persona. En caso de no afrontar correctamente todas las fases del mismo de manera satisfactoria, la persona afectada puede atravesar por una serie de afectaciones emocionales y psicológicas.
Las personas mayores suelen pasar por varios procesos de duelo en poco tiempo, y en su caso, estas afectaciones o alteraciones pueden ir desde la aflicción y el dolor exacerbado, hasta el aturdimiento, la ira u otras consecuencias que influyen directamente en la salud emocional y física de la persona.
4. Dificultades para encontrarse con amigos de la juventud y la adultez
Es evidente que la tercera edad es una etapa donde se pierden amistades y familiares muy importantes para la vida de la persona y como se ha indicado, estos decesos tan recurrentes afectan emocionalmente y pueden aumentar el sentimiento de soledad.
Para aquellas amistades que aún siguen con vida, a menudo es difícil seguir comunicándose debido a los avanzados estados de edad de ambas partes, y aún más difícil es encontrarse en persona para charlar o ponerse al día.
5. Problemas para entender las nuevas tecnologías
Muchas personas mayores viven diariamente en sus propias carnes el reto que supone utilizar las nuevas tecnologías para comunicarse con sus seres queridos o realizar las tareas domésticas más elementales.
El fracaso recurrente a la hora de usar las nuevas tecnologías, así como la dificultad para entender su funcionamiento y utilidades, acrecienta el sentimiento de soledad en la persona, hecho que influye negativamente en su salud emocional.
6. Desconexión con la generación dominante
Otro de los fenómenos que incrementan la soledad en las personas mayores es la desconexión que sienten con el mundo moderno y el abismo a todos los niveles que hay entre su generación y las generaciones nacidas en las décadas posteriores.
La nueva sociedad es muy distinta de la que ellos conocieron y a menudo sus cambios a nivel cultural y social generan sentimientos de incomprensión, desorientación, impotencia y soledad.
7. Cambio de hábitos en la jubilación
La vida de las personas jubiladas o pensionadas suele cambiar radicalmente de la noche a la mañana y el cambio de hábitos en el nuevo período suele tener también un impacto negativo en la persona.
La falta de horarios de trabajo y de responsabilidades diarias suelen ocasionar alteraciones emocionales y psicológicas en las personas de la tercera edad, hecho que también contribuye a aumentar su soledad en el día a día.
Este fenómeno puede revertirse recuperando un régimen de actividades y ocupaciones a lo largo de la semana, con las que la persona vuelva a sentirse útil y siga manteniendo una rutina diaria.